Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.” (Sal. 51,9)

¿Puede existir algo más blanco que la nieve? Quién no se ha puesto a pensar cómo habrá sido la nieve que contempló el salmista al querer describir su deseo de ser restaurado a una inocencia tal que fuese incluso más blanca que la nieve.

La nieve no sólo nos recuerda la pureza y virginidad propias de la Santísima Virgen, sino que nos trae también nostalgias de nuestro candor e inocencia propias a nuestra primera infancia.

Durante las vacaciones de invierno el grupo juvenil de los Heraldos del Evangelio realizó una salida para contemplar las maravillas del paisaje recientemente revestido de blanco por las últimas nevadas andinas. No faltó el calor del sano compartir, las comunes guerras de nieve y las competencias de hacer iglús.

El día concluyó con la Santa Misa, la cual fue celebrada por el Padre Vicente Croes ,E.P., donde los jóvenes tuvieron la gracia de participar en las diferentes funciones litúrgicas.

A continuación algunas fotografías: