Cuenta una antigua leyenda que en los confines de Normandia vivía un arrogante caballero, cuyo nombre era motivo de terror en toda la región. De gran estatura y bello porte, era vanidoso, desleal y cruel. No temía a Dios ni a los hombres. No hacía ayuno ni abstinencia, no asistía a Misa y no escuchaba los sermones. No se conocía hombre tan malo como él…